domingo, 5 de diciembre de 2010

Quinta Sinfonía de Sibelius por Karajan


La Sinfonía en mi bemol mayor fue probablemente la que más problemas le ocasionó a Jean Sibelius, a juzgar por el tiempo que le tomó la composición: para 1915 (coincidiendo con su quincuagésimo cumpleaños) completó la primera versión, en cuatro movimientos. Pero revisó la partitura en 1916 y no se dio por satisfecho hasta 1919, en la versión definitiva que hoy conocemos.

A mí personalmente me deja sin respiración el primer movimiento nada más empezar, con ese tema tan evocador en cornos y maderas, que parece transportarnos a lejanos y hermosos paisajes. El cómo logró Sibelius integrar tan perfectamente un movimiento de sonata con un scherzo es motivo de admiración y maravilla. Toda la música parece surgir de las primeras notas. Cómo emociona el tema principal, con los metales en plena forma, pero aún así con la sobriedad propia del finlandés... sobriedad que al menos por una vez en su obra es dejada de lado en esa arrebatadora coda, que deja sin aliento. El segundo movimiento, reposado y lírico nos abre la puerta al heroico finale... y de nuevo, sorpresa total: luego de pasajes épicos, llegan esos acordes luminosos en medio de inquietantes silencios, como relámpagos que rompen la negrura de la noche.

Ante constantes solicitudes (mis disculpas por la demora en atenderlos), aquí les dejo una muestra de la interpretación del gran Herbert von Karajan al frente de los Berliner Philharmoniker: